26 septiembre 2005

La Opinión de unos pocos

Como vecino del sector del Parque Forestal, he seguido de manera distante las últimas polémicas acerca de la realización de eventos masivos en el Forestal.
Uno de los últimos actos masivos fue la fiesta “Love Parade”, realizada en Enero de este año, en donde una veintena de carros giraban en torno a una zona del parque y los asistentes bailaban de manera frenética acompañando el recorrido de estos (claro que el 70% de los asistentes se dedicaban a instalarse en el parque y tranquilamente tomaban extraños brebajes, fumaban marihuana de dudosa procedencia, y evacuaban todo tipo de líquidos y sólidos desde su cuerpo), y paralelamente, los que bailaban, realizaban estas mismas "performances" en las calles aledañas al Parque, convirtiéndolas en una especie de mostrario de “orines” y “coliformes” de la fauna Santiaguina. Todo esto -lógicamente-, sin importar la presencia de vecinos, guardias municipales (inutilidad que merece capitulo aparte), ancianos, carabineros y asistentes. Mucho se habló también de la cantidad de pechugas que se mostraron desde los carros, las cuales incluso llegaron a constituirse como portadas de algunos medios. Y como es lógico, vino después la polémica de los vecinos del sector por lo perturbador e ingrato que resultaba hacer este tipo de actos en un lugar tan tradicional como el Parque Forestal, por lo que las autoridades no encontraron nada mejor que hacer los actos -como el del ayer domingo 25 de Septiembre- en la Plaza Italia.
No creo que el Parque Forestal ni otros lugares públicos de mayor escala dentro de la ciudad pueden atribuirse solo a los vecinos del sector, y que en base a sus lógicos reclamos, estos tienen que ir acomodándose en lugares “poco acogedores”, o tal vez en lugares con poca identidad dentro de la ciudad. El echo de construir un país más “democrático” implica muchas veces la generosidad de algunos, y tener claro que hay lugares de los que la gente no se puede apropiar solo por el echo de vivir cerca. El Parque Forestal es un lugar propio de la ciudad y la gente tiene todo el derecho de disfrutar de él y de realizar diferentes eventos de carácter público. Lo que si es importante es que los organismos correspondientes en conjunto con los organizadores, sean capaces de asegurar a los habitantes del sector, que se minimizarán los riesgos, se tendrá especial cuidado con el aseo del lugar y, que de existir ganancias, (que no sería malo pensar en una fórmula) estas se invertirán en el sector.
La vida al aire libre, el aprovechamiento del espacio publico, la igualdad, la vida urbana, son un problema de las autoridades, pero fundamental es también la tolerancia de los vecinos en entender que ellos no son únicos dueños de su entorno inmediato.
¡La generosidad parte por casa!